EL REY LIMÓN

Argentina es uno de los 8 países líderes en el mundo en la producción de frutos cítricos frescos. Más de 3 millones 100 mil toneladas. Volver a entrar al mercado norteamericano: el limón es noticia.

De ese total superior a 3 millones de toneladas, la mitad son limones. Hablamos de una producción que en 2005 era de 1,49 millones de toneladas, fluctuando durante toda la década en un +/- 10% con excepción del año 2014 que tuvo una muy importante baja. Los últimos dos años, 2015 y 2016, las cosechas fueron de 1,5 y 1,3 millones respectivamente, aunque se espera que la cosecha actual vuelva a superar el millón y medio de toneladas.

Precisamente por la importancia del ‘complejo limonero’, es que el freno que impuso Estados Unidos en 2002 a la importación de limones desde la Argentina, ahora es noticia.

En aquel momento, los productores nacionales exportaban al gigante norteamericano 19 mil toneladas de limones frescos. Con el lobby de los productores de California para frenar los envíos (justificado en pestes que ocasionalmente tenía la fruta cítrica argentina, y sobre lo cual se basó Brasil para dejar de comprar en 2009), se perdieron importantes negocios. Ciertamente, si vemos los volúmenes actuales de exportación, recuperar un país-cliente de 20 mil toneladas sería significativo:

Destinos principales de la exportación de limones en 2015- en Toneladas (concentran el 68% del total)

Holanda        41.278                                22,28%

Rusia              29.194                               15,75%

España           28.289                              15,26%

Italia               26.522                               14,31%


MI REINO POR UN LIMÓN

Para Tucumán, o mejor dicho, para algunas pocas empresas de esa provincia, el negocio del limón es de suma relevancia. De las 132.000 hectáreas que se destinan en el país a este cítrico, casi el 83% se concentran en Tucumán.

A raíz de eso, se comprende que en noviembre de 2010, el ministro de Desarrollo Productivo de Tucumán, Jorge Gassenbauer recibiera junto al gobernador José Alperovich a una misión de Vietnam, interesada en articular negocios de alimentos, incluyendo limones y arándanos, lo que fue refrendado en un acuerdo entre ambos países en 2011, subrayado en el viaje de la ex presidenta Cristina Fernández a Asia en 2013.

En julio de 2011, el ministro Gassembauer visitó China, como parte de la comitiva que acompañó al ministro de Agricultura de la Nación Julián Domínguez, en un intento por abrir el mercado chino a los limones tucumanos.

Y con el mismo objetivo, el gobierno de CFK presentó el 10 de julio de 2012 ante la Organización Mundial de Comercio un reclamo por las trabas que países como Japón y Estados Unidos ponían a los envíos de carne vacuna y de limones de nuestro país. Tal como señalaba Página 12 en aquel momento “En el caso del cítrico, la representación de la Cancillería en Ginebra cuestionó que el país norteamericano lleve siete años dilatando la negociación para permitir el ingreso”.

Suena extraño, entonces, que el presidente de la Cámara del citrus (FEDERCITRUS), José F. F. Carbonell, señale en el informe de mayo 2017 que “La industria de los cítricos argentinos está ganando presencia en diferentes mercados a pesar de las variables que manejó el anterior equipo económico nacional y que quitaron competitividad a todas las exportaciones del país. Hay (con el nuevo gobierno nacional) una tarea permanente por abrir nuevos mercados”.

Parte del entramado político tiene relación con la autorización que había dado el ex presidente Obama para el ingreso de limones a EE.UU., la negativa inicial de Donald Trump y el giro de timón y nueva autorización concedida por Trump durante la visita de Mauricio Macri a la Casa Blanca, en 2017. Juan Manzur, gobernador tucumano sucesor de Alperovich, ha venido manteniendo una activa agenda para abrir otras chances para los limones producidos en su provincia, lo que incluye gestiones en mayo hacia Brasil, México y China.

El mapa de la producción de cítricos en Argentina se superpone en gran medida con el de las provincias con menos desarrollo humano, social y económico.

Basta recorrer el siguiente cuadro de las hectáreas de cítricos implantadas en cada provincia y compararlo con la información que consignamos más abajo:

 

Provincias  Naranja Mandarina  Pomelo  Limón  Otros    Total

Formosa        196          136           1.407        269      75       2.083

Chaco             90            60             170           241      42          603

Bs As          1.592             59            46            45         0         1.742

Catamarca  740           400           70             50         0         1.260

Entre Ríos  20.056    19.825       970         1.126        0       41.977

Corrientes  10.275      6.699       523        2.974      10        20.481

Misiones     1.890       2.965         230          786      327        6.198

Jujuy          4.545        1.656           242        1.697         0       8.140

Salta          2.638       120           1.595         4.788         0       9.141

Tucumán  1.250      350            100        38.640    50      40.390

TOTAL     43.272   32.270       5.353       50.616    504     132.015

 

Las provincias de Formosa, Chaco, Misiones y Corrientes integran la región Noreste, NEA, que según el Barómetro de la Deuda Social Argentina de la Universidad Católica (UCA) así como los últimos índices del INDEC, tienen una población pobre que roza el 36% del total.

En la región NOA-Noroeste, formada por Jujuy, Salta, Tucumán, Catamarca, La Rioja y Santiago del Estero, la situación es la siguiente:

 


El Instituto para la Producción Popular (IPP) elaboró un informe publicado en www.laredpopular.org.ar que explica detalladamente los ganadores y perdedores del ‘complejo limonero’.

Pese a que la Argentina es líder mundial en la exportación de este fruto (en 2016 sólo por exportaciones de limones frescos ingresaron más de 350 millones de dólares a las arcas de las empresas productoras), la mayoría de los trabajadores del sector vive en condiciones indignas y tiene que emigrar de su provincia para poder subsistir. La apertura de mercados, el crecimiento y las inversiones son conceptos habitualmente valorados y asociados al desarrollo y el bienestar general.  La industria del limón en la Argentina es una demostración de la falsedad de esas premisas. En las dos últimas décadas, ha logrado liderar el mercado mundial, tuvo un crecimiento económico espectacular y atrae a inversores interesados en el negocio.

Sin embargo, los trabajadores que cosechan y empaquetan los limones reciben pagos miserables (rondaba en 2016 los $ 5000 mensuales), trabajan muchas veces en condiciones de esclavitud y pasan la mitad del año deambulando por otras provincias como peones golondrina porque la tarea de cosechar el cítrico les demanda solamente tres a cinco meses. El resto del año, los gobiernos provinciales les financian el viaje a otras regiones productivas y les mantienen una mínima cobertura, un paliativo aceptado también por las organizaciones gremiales que nuclean a los trabajadores citrícolas.

los gobiernos provinciales les financian el viaje a otras regiones y les mantienen una mínima cobertura, un paliativo aceptado también por las organizaciones gremiales

Las provincias involucradas optan por el reparto de Planes que mantienen la atención primaria de la salud, les dan un magro ingreso y les facilitan a los cosecheros el viaje a otras provincias para trabajar (en similares condiciones) en otras actividades agrícolas.

Esa modalidad ha sido apoyada con entusiasmo por las autoridades. “La provincia le da la oportunidad a estas 25 mil personas de acceder a los beneficios de la seguridad social a tener un trabajo registrado y a ganar su sustento diario trabajando en la época en que las economías regionales de Tucumán están paradas”, resumió el secretario de Trabajo de Tucumán, Néstor Di Lullo, en una entrevista de LV12.

El actual director de Empleo tucumano, Pedro Lazarte, ya había fijado su posición en 2010, cuando era director de Programas Especiales y destacaba las ventajas del trabajo precario: “Nosotros seguimos sosteniendo, defendiendo, divulgando y haciendo comprender a los empresarios de otros lugares, de que nuestros trabajadores son cosecheros profesionales. No cualquier persona cosecha en la condición en la que cosecha un tucumano”.


UNA PARITARIA AGRIA

Además del universo de los cosecheros, un conjunto de trabajadores está empleado en las plantas de empaque y procesamiento. En 2012 llegó a haber 102 cortes de rutas por reclamos salariales. La exigencia para la paritaria 2017 era de un 40%. Al vencimiento, la oferta de la Cámara empresaria era del 29% y los trabajadores realizaron nuevos cortes de ruta, y terminaron firmando por el 31%. El jornal pasó de $ 354 a $ 464 según el delegado de la Unión Argentina de Trabajadores Rurales (Uatre).


Un ejemplo de los abusos es el fallo de la Cámara Federal de Tucumán, que el 20 de febrero procesó por trata de personas para explotación laboral al ex CEO de la citrícola San Miguel, Benigno Banegas, al apoderado de la firma, Felipe Indalecio Racedo, y a los subcontratistas Fernando Manuel Seone y Luis Fernando Rico, una causa abierta en 2013.

San Miguel es la empresa que lidera la exportación de limones a nivel mundial y concentra el 30 por ciento de las exportaciones nacionales. Ya en 1973 hizo la primera exportación de fruta fresca a Polonia y en 1977/1978 ocupaba el liderazgo mundial, antes de expandirse con compra de tierras y producción en Uruguay (desde donde en 2013 exportó a EE.UU) y en Sudáfrica, donde tiene importantes inversiones y empresas tanto propias como en joint-venture.

La acusación judicial en la que se procesó a sus representantes resume las condiciones en que gran parte de los trabajadores de la industria del limón desarrollan su actividad: dormían en colchones en el piso, contaban con un solo baño para todos, no tenían agua caliente ni elementos de limpieza, se les descontaba el alquiler, se alimentaban únicamente a base de fiambre y a muchos de ellos no les permitieron tener ni su DNI ni celular.

No cualquier persona cosecha en la condición en la que cosecha un tucumano

Los subcontratistas acusados son intermediarios, un eslabón central de la cadena de valor, que no participa en ningún proceso productivo y se aprovecha de las necesidades de los peones. A las grandes empresas les resuelven no tener que hacerse cargo de emplear a los trabajadores, cuyas actividades son temporales.

Esta explotación se da en un marco de crecimiento sostenido de las ganancias empresarias. Dos días después de que la Justicia determine el procesamiento a los directivos de San Miguel, el diario El Cronista publicó una nota sobre la reapertura de capital de la empresa en la Bolsa porteña para captar 50 millones de dólares que le permitan llevar adelante su plan de expansión. Y al conocerse que Trump daba el visto bueno para la entrada de limones argentinos a Norteamérica, las acciones de San Miguel en la Bolsa treparon un 15%.

Allí, el actual CEO de San Miguel, Romain Corneille, se ufanaba: “Lo que sobra es plata y lo que faltan son buenas ideas. Y cuando vos mirás los números, San Miguel viene entregando consistentemente un resultado mejor: sube la facturación, sube el margen de EBITDA (índice de beneficio bruto de explotación), crece el retorno sobre el capital invertido. Entonces, cualquiera que nos esté mirando, desde el punto de vista financiero, va a tener interés. Queremos ser la próxima multinacional argentina”.

PEQUEÑOS PRODUCTORES SIN DERECHOS

El ‘éxito’ del presidente Macri no plantea ningún cambio a la situación laboral del sector, ni modifica la realidad de los pequeños productores independientes.

La concentración es tal que la diferencia de oportunidades entre los productores pequeños, con menos de 100 hectáreas, y las cinco empresas líderes es enorme. Un trabajo publicado en 2013 por el Instituto Gino Germani, de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, a cargo de Susana Aparicio y María Inés Alfaro, analizó las características de la producción de limones en Tucumán separando a los productores por su perfil tecnológico.

Las fincas de productores pequeños, según esa investigación “reciben asesoramiento técnico ocasional. No poseen estructura comercial y su producción se vende, mayoritariamente, a fábricas, aunque una pequeña parte se destina a exportación para fruta fresca y otra al mercado local, también en fresco. Estos productores ocupan 20% de la superficie cultivada con limón de la provincia (unas 7.000 hectáreas) y producen 10% de la producción total (120.000 toneladas). El rendimiento promedio es de 20 toneladas por hectárea y por año. Comparando con el nivel o perfil tecnológico alto (el de las cinco grandes firmas), se observa que éste ocupa la mitad de la superficie implantada y tiene un rendimiento tres veces superior al del nivel bajo, haciendo que la producción represente 70% del total”.

Estos datos desalientan cualquier intento autogestivo y llevan a los pequeños productores a depender absolutamente de las decisiones de las grandes empresas concentradoras.♦♦


Ilustraciones: Daniel Galantz. Ilustrador y humorista gráfico- Montevideo 1974- Reside en Buenos Aires, Argentina
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https://twitter.com/dgalantz?lang=es

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