BUENOS AIRES SIN VERDE, MATA.

Hay 18 mil muertes evitables, por año, por la falta de espacios verdes en 31 países de Europa. Esa es la causa, o el factor que colabora, según un riguroso -y apabullante- estudio publicado en la revista The Lancet en octubre. El trabajo analizó 978 ciudades de Europa, con las más avanzadas herramientas estadísticas.

Inmediatamente, esto lleva a pensar que si en ese continente, con mayores controles y multas, falta ‘verde’ y eso deriva en muertes evitables, cuántas muertes evitables se producen en Buenos Aires y otras ciudades argentinas por carencia de espacios verdes.

En ese sentido, las Audiencias Públicas en las que la mayoría de los expositores rechaza que la zona costera al Río de la Plata sea dedicada a cualquier tipo de construcción, y sostienen que sean espacios verdes, tiene ahora un aval científico. Si las y los legisladores que aprobaron cada uno de los proyectos -en estas tres semanas se desarrolla el debate por la ex Ciudad Deportiva de La Boca / Costanera sur- desconocían la información, es el momento que mocionen darlo de baja, sin más. Porque un barrio con torres de edificios en terrenos verdes y humedales, con certeza no aportará a tener más verde en Buenos Aires.

Estos son los datos científicos. Quien quiera oír, que oiga.

*

PROYECTO COSTANERA SUR – TORRES COSTA URBANA

*

En 2014 la ONU fijó como meta que “para 2030 se provea el acceso universal a espacios verdes públicos seguros, inclusivos y accesibles, en particular a mujeres, niños, mayores y personas con discapacidades”.

Antes de eso, la Organización Mundial de la Salud, en 2010, había emitido un reporte donde subrayaba que la planificación de espacios verdes urbanos actuaba positivamente en la actividad social y el bienestar psicológico, y que esos espacios verdes mejoraban la calidad del aire y reducían la exposición a los ruidos. Luego, en 2013, la propia OMS hacía hincapié en que los espacios verdes reducen las inequidades de la salud pública.

> Estudios científicos encabezados por Nieminen et al (2010), Pantell et al. (2013) y Yang et al. (2016) dan cuenta del efecto protector de los espacios verdes en las relaciones sociales, sobre la salud y el bienestar, en contraposición al aislamiento social, un predictor de la morbilidad y la mortalidad.

Sobre este asunto, un señero trabajo de Joongsub Kim y Rachel Kaplan, titulado Physical and psychological factors in sense of community: new urbanist Kentlands and Nearby Orchard Village. Environment and Behavior, analizaba la importancia de los espacios verdes en fomentar las interacciones sociales y la promoción de un sentido de comunidad.

*

> Una forma en que el espacio verde puede vincularse a la salud es por cómo aumentan los beneficios de hacer actividad en lugares verdes o naturales, a diferencia de cuando se hacen actividades físicas en otros contextos. Por eso, la definición ‘ejercicio verde’, implica la actividad física que se hace en entornos verdes o naturales, y varios estudios han sugerido que es más beneficioso que otro tipo de ejercicio. Por ejemplo, correr en un parque se asocia con una experiencia más restaurativa en comparación con el mismo ejercicio en un ambiente urbano.

> Cuando la Facultad de Ciencias de la Salud Humana de la Universidad de Queensland, junto con el Centro de Investigación para la Prevención del Cáncer de Brisbane y el Instituto de Corazón y Diabetes de Melbourne, todas de Australia, publicaron en 2010 su informe respecto de la vida no-sedentaria, subrayaron que la actividad física ha demostrado mejorar la salud cardiovascular, la salud mental, neurocognitiva, el desarrollo y bienestar general y la prevención de la obesidad, el cáncer y la osteoporosis. Para llegar a esa conclusión hicieron el seguimiento y observación de al menos 11.000 pacientes, y concluyeron que proporcionar un espacio verde urbano atractivo puede animar a las personas a pasar más tiempo al aire libre y facilitar la actividad física, en particular a personas mayores para quienes el propio espacio verde de calidad y bien mantenido, ya es un incentivo.

> El Informe 2016 de la filial europea de la OMS, dio cuenta de que 60 estudios sistemáticos en Estados Unidos, Canadá, Australia, Nueva Zelanda y Europa relacionaban directamente la falta o provisión de espacios verdes con la obesidad. El 68% de los papers coincidieron en que a mayor cantidad de espacios verdes, menor obesidad en la población.

> La vegetación es considerada como un medio para reducir la contaminación auditiva, en particular en áreas con intenso tránsito. En el estado de Uttar Pradesh, India, se comprobó una relevante reducción de la polución auditiva con cinturones de vegetación de entre 1,5 y 3 metros de ancho, en sintonía con estudios de Europa y América del Norte en los cuales se detalla que una combinación de suelo y vegetación era lo más efectivo para atenuar el ruido urbano.

*

EL DEPORTE DE CUESTIONAR ANTES DE LEER

Con la costumbre más o menos reciente de cuestionar todo estudio científico confrontándolo con opiniones vulgares, sin sustento ni posibilidad de generalizar sus ‘conclusiones’, podría ya haber cansado lo expuesto hasta aquí.

Sin embargo, como lo que está en juego es el uso de la tierra para espacios verdes o el uso de la tierra para infraestructura urbana, habitacional y con toneladas de cemento, hacen falta más datos.

> En Japón, la tasa de supervivencia de hasta cinco años de personas mayores de 70 se demostró por el acceso a más espacio para caminar, y con parques y calles arboladas cerca del lugar de residencia. El ‘espacio verde’ fue un factor determinante en la reducción de las tasas de mortalidad. Estudios realizados en Inglaterra mostraron evidencia de cómo influye la cantidad de espacio verde en los barrios sobre la totalidad de las causas de mortalidad y la auto-percepción de bienestar.


CREAL – BARCELONA

La revista Enviromental Research publicó en 2012 un estudio de alto impacto, donde siete médicos y científicos hicieron el seguimiento de 575.000 adultos mayores de 35 años en el estado de Ontario, Canadá, y concluyeron que el espacio verde está asociado con una reducción de la mortalidad, en particular con enfermedades de tipo respiratorio.

Llamativamente, o no, el Centro de de Investigación en Epidemiología Ambiental -CREAL, de Barcelona, realizó una investigación a cargo de Yihan Xu, Payam Dadvand y otros especialistas donde miles de pacientes permitieron a los investigadores concluir que el verdor residencial circundante y la proximidad residencial a los espacios verdes se asocian con una mejor percepción subjetiva de salud en general. Y no solo eso: los investigadores del CREAL publicaron un estudio en Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS) el cual muestra que la exposición a los espacios verdes en la escuela está vinculada a un mejor desarrollo cognitivo en niños de primaria.

Una revisión sistemática reciente verificó que la mayoría de los estudios mostraron una reducción del riesgo de mortalidad por enfermedades cardiovasculares (ECV) en áreas urbanas con mayor cantidad de espacios verdes. Los resultados del meta-análisis apoyaron la hipótesis de que vivir en áreas con mayor cantidad de espacios verdes reduce la mortalidad por ECV. En los Estados Unidos, la proximidad residencial a los espacios verdes ha sido asociado con un riesgo reducido de mortalidad por accidente cerebrovascular (Hu et al., 2008) y con mayores tasas de supervivencia después de accidente cerebrovascular isquémico (Wilker et al., 2014).

*

LA EQUIGENESIS

La brecha de salud entre los que tienen más y quienes tienen menos, es lo que se resume en desigualdades en salud. Esas desigualdades son sistémicas: acceso a una buena educación, a un empleo estable, a niveles de ingresos razonables, a agua potable, etc. Achicar las inequidades en salud implica afectar la experiencia de vida cotidiana de cada persona, y los barrios son campos en los que las vidas crecen, más que cualquier ‘cosecha’. Tal vez el ‘territorio’ sea una forma de pensar diferente en cuanto a las inequidades en salud.

Eso afirma el Centre for Research on Environment Society and Health (CRESH), un instituto que funciona de forma virtual, y que reúne a científicos de las universidades de Glasgow y Edimburgo, en Escocia.

Comprobaron el aumento lento y constante de la desigualdad en las tasas de mortalidad en Escocia, a lo largo del tiempo. Aun dando por sentado que revertir esas desigualdades es un problema del sistema, acuñaron la definición equigenesis, donde esta puede aumentar, con intervenciones micro-políticas y espaciales, la buena salud de la población menos favorecida, en general. La hipótesis es que si las mayores tasas de mortalidad relativa se dan en regiones de Inglaterra donde hay menos espacios verdes urbanos, proveer de un mayor acceso al ‘recurso verde’ contribuirá a una mejor salud y bienestar, más allá de la cuestión socio-económica macropolítica.

*

Por supuesto que medir los ‘espacios verdes’ requiere de herramientas y mapeo de tipo satelital, y que la propia definición de espacio verde debe ser cuestionada porque la suma de macetas con plantas no necesariamente implica espacios verdes saludables.

La consideración de los espacios verdes urbanos en diferentes investigaciones generalmente incluye parques y jardines públicos, pero puede o no incluir también una variedad de otras áreas, como otros espacios públicos abiertos, árboles de la calle, campos deportivos e instalaciones recreativas, tales como campos de golf, jardines privados y semi-privados y otros espacios abiertos residenciales, jardines en la terraza, agricultura urbana, bosques comerciales, de hecho cualquier lugar donde haya una superficie natural o donde crezcan árboles

Por esa razón, el trabajo publicado en The Lancet explica que para llegar a alguna conclusión sobre lo que ocurre con los espacios verdes urbanos en los 31 países de Europa, utilizaron dos indicadores: el NDVI que por su sigla en inglés es el índice normalizado de diferencia de vegetación, y el %GA, o sea, el porcentaje de área verde. La trama satelital usada fue de 250 X 250 metros y la tasa de exceso de mortalidad se estimó a nivel local, y para el año 2015.

> Esos indicadores se construyeron tomando las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud sobre acceso a los espacios verdes, que sugiere espacios verdes accesibles dentro de los 300 metros lineales del lugar de residencia o media hectárea de verde circundante. Los hallazgos fueron espeluznantes: al utilizar el indicador NVDI concluyeron que se podrían haber evitado en Europa en ese período, 42.968 muertes por año, lo que representa el 2,3% del total de las muertes por causas naturales, y 245 años de vida perdidas, por cada 100.000 habitantes. Tomando el indicador %GA las muertes evitables hubieran sido 17.947 por año.


INDICADOR % VERDE – %GA
CIUDAD CAPITALMUERTES PREVENIBLESAÑOS DE VIDA PERDIDOS POR CADA 100.000 HABITANTES /EN %)AÑOS DE VIDA PERDIDOS POR CADA 100.000 HABITANTES – TOTAL
Athens (Greece; greater city)643 (0–1279)1·56% (0–3·10)218 (0–434)
Bucharest (Romania)272 (0–540)1·59% (0–3·15)174 (0–346)
Budapest (Hungary)316 (0–629)1·49% (0–2·96)191 (0–380)
Riga (Latvia)97 (0–192)1·22% (0–2·43)184 (0–366)
Copenhagen (Denmark; )154 (0–306)1·39% (0–2·77)162 (0–323)
Brussels (Belgium)125 (0–249)1·46% (0–2·91)136 (0–270)
Valletta (Malta)20 (0–40)1·29% (0–2·57)132 (0–262)
Sofia (Bulgaria)121 (0–241)1·06% (0–2·11)131 (0–262)
Paris (France; greater city)614 (0–1222)1·58% (0–314)121 (0–241)
Oslo (Norway)57 (0–115)1·15% (0–2·29)109 (0–216)
Lefkosia (Cyprus)21 (0–41)1·30% (0–2·59)98 (0–195)
London (UK; greater city)645 (0–1285)1·34% (0–2·67)100 (0–200)
Berlin (Germany)347 (0–691)1·10% (0–2·19)125 (0–248)
Lisbon (Portugal; greater city)185 (0–368)1·01% (0–2·01)122 (0–243)
Amsterdam (Netherlands)70 (0–140)1·13% (0–2·25)96 (0–191)
Tallinn (Estonia)36 (0–72)0·94% (0–1·87)119 (0–238)
Vienna (Austria)148 (0–295)0·96% (0–1·91)103 (0–205)
Warsaw (Poland)154 (0–306)0·88% (0–1·75)106 (0–212)
Rome (Italy)232 (0–462)0·94% (0–1·87)102 (0–204)
Reykjavik (Iceland)13 (0–25)1·01% (0–2·01)77 (0–154)
Madrid (Spain; greater city)349 (0–695)0·95% (0–1·90)88 (0–175)
Zurich (Switzerland; greater city)43 (0–85)0·96% (0–1·91)82 (0–163)
Bratislava (Slovakia)28 (0–56)0·75% (0–1·49)83 (0–165)
Zagreb (Croatia)58 (0–116)0·71% (0–1·42)79 (0–158)
Dublin (Ireland; greater city)63 (0–125)0·81% (0–1·61)64 (0–127)
Vilnius (Lithuania)32 (0–64)0·61% (0–1·22)74 (0–148)
Ljubljana (Slovenia)16 (0–31)0·75% (0–1·49)68 (0–135)
Stockholm (Sweden; greater city)72 (0–144)0·64% (0–1·27)52 (0–103)
Luxembourg (Luxembourg)4 (0–8)0·62% (0–1·23)52 (0–104)
Prague (Czech Republic)60 (0–120)0·49% (0–0·98)50 (0–100)
Helsinki (Finland; greater city)31 (0–62)0·42% (0–0·85)37 (0–74)

Dada la variedad de población de los 31 países relevados, la tasa varía en cada uno. No obstante, mapeando las ciudades en tramos de 250 metros X 250 metros, resultó que Atenas, Bruselas, Budapest, Copenhague y Riga fueron las que mayor sobretasa de mortalidad tuvieron, adjudicable a falta de espacios verdes.


INDICADOR DIFERENCIA DE VEGETACIÓN – NDVI
CIUDAD CAPITAL% POBLACIÓN CON DÉFICIT ACCESO A VERDE SEGÚN OMS – ONUMUERTES PREVENIBLESAÑOS DE VIDA PERDIDOS POR CADA 100.000 HABITANTES /EN %)AÑOS DE VIDA PERDIDOS POR CADA 100.000 HABITANTES – TOTAL
Brussels (Belgium)78·5426 (321–632)5·0% (3·8–7·4)464 (350–688)
Copenhagen (Denmark; greater city)76·5437 (329–649)4·0% (3·0–5·9)462 (348–685)
Budapest (Hungary)76·6746 (562–1109)3·5% (2·6–5·2)450 (339–669)
Paris (France; greater city)86·41918 (1446–2850)4·9% (3·7–7·3)378 (285–561)
Athens (Greece; greater city)87·71431 (1074–2141)3·5% (2·6–5·2)485 (364–7269)
Riga (Latvia)72·4227 (170–338)2·9% (2·2–4·3)432 (325–644)
Tallinn (Estonia)70·8108 (81–161)2·8% (2·1–4·2)355 (267–529)
Vienna (Austria)61·4464 (349–690)3·0% (2·3–4·5)322 (242–479)
London (UK; greater city)76·61712 (1288–2550)3·6% (2·7–5·3)266 (200–397)
Bucharest (Romania)78·5470 (353–703)2·7% (2·1–4·1)301 (226–451)
Amsterdam (Netherlands)69·5187 (141–279)3·0% (2·3–4·5)255 (192–381)
Sofia (Bulgaria)73·7247 (185–371)2·2% (1·6–3·2)269 (202–403
Stockholm (Sweden; greater city)65·5329 (248–490)2·9% (2·2–4·3)237 (179–353)
Rome (Italy)68·5649 (488–970)2·6% (2·0–3·9)287 (215–428)
Berlin (Germany)65·2763 (573–1139)2·4% (1·8–3·6)274 (206–409)
Oslo (Norway)55·3105 (79–156)2·1% (1·6–3·1)198 (149–295)
Zurich (Switzerland; greater city)60·1107 (81–160)2·4% (1·8–3·6)205 (155–306)
Vilnius (Lithuania)52·499 (75–148)1·9% (1·4–2·8)230 (173–344)
Dublin (Ireland; greater city)58·8174 (131–259)2·2% (1·7–3·3)177 (133–262)
Lisbon (Portugal; greater city)72·1355 (266–533)1·9% (1·5–2·9)234 (176–351)
Bratislava (Slovakia)61·268 (51–102)1·8% (1·4–2·7)200 (150–299)
Luxembourg (Luxembourg)50·814 (11–21)2·1% (1·6–3·2)180 (135–269)
Zagreb (Croatia)52·7143 (107–214)1·7% (1·3–2·6)195 (146–292)
Warsaw (Poland)62·6271 (203–406)1·5% (1·2–2·3)187 (140–281)
Valletta (Malta)75·024 (18–37)1·6% (1·2–2·4)162 (121–244)
Helsinki (Finland; greater city)55·3128 (96–191)1·7% (1·3–2·6)153 (115–228)
Madrid (Spain; greater city)66·6620 (465–932)1·7% (1·3–2·5)156 (117–235)
Ljubljana (Slovenia)49·034 (26–51)1·6% (1·2–2·4)148 (111–221)
Prague (Czech Republic)44·1175 (132–262)1·4% (1·1–2·2)147 (110–219)
Reykjavik (Iceland)64·920 (15–29)1·6% (1·2–2·4)120 (90–181)
Lefkosia (Cyprus)68·211 (8–17)0·7% (0·5–1·0)52 (39–79)

Está claro que

ambos indicadores no están midiendo lo mismo, porque la cantidad de muertes evitables por contacto con espacios verdes es más del doble en un caso que en el otro.

El porcentaje de área verde (%GA) representa el uso del suelo que oficialmente se define como ‘espacio verde’ y que generalmente es de acceso público. Ahí caben los parques, las plazas, los jardines comunitarios.

El indicador NDVI detecta la vegetación viva y en consecuencia hace un total de lo verde, de cualquier tipo y tamaño, en un área determinada. Allí caben los árboles en las calles, los llamados corredores verdes, los jardines privados, y la vegetación en general. Eso explica que el resultado de la sobretasa de mortalidad que marca un índice y el otro, difieren

*

Este estudio es el primero que se realiza a tan gran escala e intenta calcular la mortalidad prematura debido a la falta o inequitativa exposición a los espacios verdes en muchas de las ciudades europeas. La distribución de los espacios verdes varía de ciudad en ciudad y por esa razón el método aplicado de reticular cada 250 metros, establece una comparación eficaz, a escala de cada ciudad, y valida los resultados

*

Hallamos, usando el indicador de diferencia de vegetación (NDVI) que por cada 0.1 unidad de incremento de exposición a lo verde (en un rango de hasta 500 metros del lugar de residencia) había una significativa reducción del riesgo de mortalidad: un 4%. En tanto que al utilizar el indicador de porcentaje de vegetación, encontramos que por cada 10% de incremento de espacios verdes la reducción del riesgo de mortalidad era mucho menos significativa, se reducía al 1%

*

La medición fue realizada en el período de máximo verdor en el continente europeo, y las tasas de comparación de mortalidad abarcaron a toda la población adulta mayor de 20 años, del período 1 de enero al 31 de diciembre de 2015, en 31 países. Estimamos que un promedio del 62% de la población no tiene el suficiente espacio verde propuesto por la OMS, según el índice de diferencia de vegetación, y eso lleva a la conclusión de 42.968 muertes evitables por año. Al usar el otro método, de porcentaje total de espacio verde, vemos que el 65% de la población no tiene suficiente acceso a lo verde a una distancia menor de 300 metros de su hogar, lo que lleva a la conclusión de que se han perdido 102 años de vida por cada 100.000 habitantes

*

*

Para ambos métodos de análisis, ciudades ubicadas en Grecia, Bulgaria, Rumania, Hungría, Lituania, Letonia, Estonia, norte y sur de Italia, norte de Francia, Bélgica, Gran Bretaña, además de las grandes ciudades de Europa central, están en la peor ubicación. 21 de las 31 capitales europeas, por la misma causa, muestran una alta sobre tasa de mortalidad, y nuestra conclusión es que un aumento de los espacios verdes en esas grandes ciudades podría prevenir en hasta el 2,9% las causas de mortalidad natural

*

En los últimos años, la mayoría de las capitales europeas han estado definiendo planes estratégicos para mejorar la calidad urbana y la resiliencia al cambio climático, y consideran un aumento de las áreas verdes y la vegetación en un futuro próximo. No hay dudas que la mayoría de las grandes ciudades europeas tiene un entorno histórico construido consolidado, con mínimas parcelas de tierra disponible. Sin embargo las intervenciones verdes pueden apuntar a la recuperación de áreas urbanas. Por ejemplo, convertir antiguas áreas industriales en parques urbanos, el aumento de soluciones basadas en la naturaleza en el tejido urbano como terrazas verdes, jardines verticales, reconfiguración del tránsito.


La enorme claridad que deja el trabajo publicado en la revista científica británica The Lancet es que eliminó cualquier tipo de indicador promedio. Los indicadores promedio (como el Ingreso Per Cápita) superpone en capas supuestamente equivalentes a grupos poblacionales o espacios. De allí surge que el salario medio o el ingreso medio familiar de la ciudad o del país sea uno. Pero esa información, en el fondo, no dice nada de lo que ocurre al interior de la sociedad: al desagregar la información en grupos o en quintiles o deciles, el mapa social es siempre otro.

Por ejemplo, la Encuesta Nacional de Gastos de los Hogares (ENGHo) 2017-2018 que publicó el INDEC en 2020 muestra que “a nivel nacional y, en términos per cápita, el 20% de los hogares de mayores ingresos ganan, en promedio, 10,4 veces más que el 20% de los hogares de menores ingresos”. Pero si esa data no se separa, el Ingreso per cápita mostraría que en Argentina en 2017 y 2018, virtualmente, no había pobres…

Por lo mismo, es inválido indicar cuántos metros cuadrados de verde hay por habitante, sin poner una lupa con indicadores serios como los utilizados para este trabajo científico.

Es obvio, pero hay que señalarlo cuando está en juego un gigantesco espacio verde de 71 hectáreas frente al río: así como no existe equivalencia entre el Parque Tres de Febrero (Palermo) y todo su corredor verde circundante, con lo que dispone ni en cantidad ni en calidad la mayor parte de la Ciudad de Buenos Aires, pretender que senderos y maceteros esparcidos, o pequeños jardines en medio de torres de vidrio y cemento puedan sumar bienestar y espacios verdes tal como recomienda la OMS y la ONU es, comprobadamente, una falacia anti-científica.

*

Referencias de trabajos científicos:

HU, Z., LIEBENS, J. & RAO, K. R. 2008. Linking stroke mortality with air pollution, income, and greenness in northwest Florida: an ecological geographical study. International Journal of Health Geographics, 7, 20.

NIEMINEN, T., MARTELIN, T., KOSKINEN, S., ARO, H., ALANEN, E. & HYYPPÄ, M. 2010. Social capital as a determinant of self‐rated health and psychological well‐being. International Journal of Public Health, 55, 531‐542.

PANTELL, M., REHKOPF, D., JUTTE, D., SYME, S. L., BALMES, J. & ADLER, N. 2013. Social Isolation: A Predictor of Mortality Comparable to Traditional Clinical Risk Factors. American Journal of Public Health, 103, 2056–2062.

WHO. 2010a. Global Recommendations on Physical Activity for Health. Geneva, Switzerland: World Health Organization. Ver http://apps.who.int/iris/bitstream/10665/44399/1/9789241599979_eng.pdf

WHO. 2010d. Urban Planning, Environment and Health: From Evidence to Policy Action. Meeting Report. Copenhagen, Denmark: WHO Regional Office for Europe

WILKER, E. H., WU, C.‐D., MCNEELY, E., MOSTOFSKY, E., SPENGLER, J., WELLENIUS, G. A. & MITTLEMAN, M. A. 2014. Green space and mortality following ischemic stroke. Environmental Research, 133, 42‐48.

YANG, F., BAO, Z. Y. & ZHU, Z. J. 2011. An assessment of psychological noise reduction by landscape plants. International Journal of Environmental Research & Public Health, 8, 1032‐48.

YANG, C.Y., BOEN, C., GERKEN, K., LI, T., SCHORPP, K. & HARRIS, K.M. 2016. Social relationships and physiological determinants of longevity across the human life span. Proceedings of the National Academy of Sciences USA, 113, 578–583.

Facultad de Ciencias de la Salud Humana de la Universidad (Queensland), Centro de Investigación para la Prevención del Cáncer (Brisbane) y el Instituto de Corazón y Diabetes (Melbourne) – Australia, 2010. Informe de la vida no-sedentaria https://journals.lww.com/acsm-essr/Fulltext/2010/07000/Too_Much_Sitting__The_Population_Health_Science_of.3.aspx

Centro de de Investigación en Epidemiología Ambiental -CREAL, Barcelona, Yihan Xu, Payam Dadvand, Jose Barrera-Gómez, Claudio Sartini, Marc Marí-Dell’Olmo, Carme Borrell, Mercè Medina-Ramón, Jordi Sunyer, Xavier Basagaña

Encuesta Nacional de Gasto de los Hogares 2017-2018https://www.indec.gob.ar/indec/web/Institucional-GacetillaCompleta-311

Green space and mortality in European cities: a health impact assessment study -The Lancet – Octubre 2021 https://www.thelancet.com/journals/lanplh/article/PIIS2542-5196(21)00229-1/fulltext?dgcid=raven_jbs_etoc_email

2 comentarios

  1. Participo de la asambleas comunitarias para defender nuestra costa de nuevos emprendimientos inmobiliarios. lo que intentan hacer es destruir el último humedal de la ciudad, privatizar la costa natural del río, hacerla inaccesible para el común de la gente.
    imprdiría el aire fresco, renovado de hacia la ciudad. La lista de problemas es enorme, debatidas en las reuniones con mas de 2500 participantes

    1. La participación en la Audiencia Pública es sin lugar a dudas muy importante. Es una pena que no sea vinculante. Más del 90% de las y los expositores, sean ciudadanos o especialistas, han rechazado el proyecto. Queda claro que los representantes en la Legislatura han tenido un mal asesoramiento, y los intereses que llevaron a votar este proyecto llena bolsillos de los desarrolladores urbanos pero vacía de oxígeno a la Ciudad. Gracias por tu lectura

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.