“Desahogo sexual doloso” sostuvo el Fiscal Fernando Rivarola para describir la violación a una niña de 16 años por 6 varones. Rápidamente el Ministerio Público Fiscal de la Provincia del Chubut emitió un comunicado de prensa para justificar “la frase”, como la calificó, y sostuvo que fue sacada de contexto.
¿Cuál es ese contexto? Una audiencia en un proceso penal donde todos los varones -juez, fiscal y defensor- alardean de “conocer el derecho”.
“Desahogo sexual doloso” no es una expresión del Código Penal ni de ninguna ley. Es una expresión que contienen todos los manuales de derecho penal y que sus autores, varones, docentes universitarios, repiten hace mas de un siglo y reeditan una y otra vez.
Expresiones tales como “la encontró engañándolo” como ejemplo de “emoción violenta” que ‘justificó’, y algunos aún justifican, el homicidio de la mujer en manos del varón, que recién en diciembre de 2012 se nombra correctamente: “femicidio”. Aún se nos condena con prisión o la muerte si decidimos sobre nuestros cuerpos. Y estamos en 2020.
Pero además esta “frase” se pronuncia en Chubut, una de las provincias más jóvenes, despobladas y ricas del país;
-donde el extractivismo de los recursos naturales, y de las personas, es el modelo político y económico; -donde la precariedad de los vínculos reforzada en la competencia deshumanizada es reflejo del individualismo capitalista;
-provincia en la que su policía y poder judicial es el origen de la condena de la Corte Interamericana de Derechos Humanos contra Argentina por la detención arbitraria, tortura y desaparición forzada en democracia de un joven en 2003 “TORRES MILLACURA”;
-Chubut, donde se produjo la desaparición forzada seguida de muerte de Santiago Maldonado; del genocidio de los pueblos originarios; de la apropiación de sus tierras en manos extranjeras; de autoridades que se jactan de tener una ciudad “de las mil putas” (ver http://www.lavaca.org/mu/mu-59-mil-putas/)
-Provincia donde jamás una mujer ocupó ninguno de los máximos cargos de ninguno de sus poderes. Tampoco ninguna mujer ocupa los máximos cargos de las empresas petroleras, mineras, marítimas e industrias que se apropian de los minerales, el agua, la fauna.
Pero son las mujeres, en Chubut, las que sostienen -a pesar de los salarios atrasados- con la vida, la educación pública, sus hospitales y la mayoría de los hogares. Allí murieron las maestras, allí renunciaron ahora los directores de los hospitales, allí hay que reiterar una y otra vez ‘no a las mineras’, como antes fue ‘no al depósito de residuos nucleares.
Ahí el Fiscal Fernando Rivarola se anima a pronunciar tal “frase” porque se sabe parte de un modelo económico, político y judicial que lo protege.
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Pero BASTA.
BASTA de sostener las estructuras elementales de la violencia contra las mujeres y disidencias, que estructuran el sistema patriarcal.
BASTA de mantener un contrato social del que nunca formamos parte. Es hora de construir un nuevo orden en el que todas las voces y cuerpos seamos protagonistas; en el que sea delito que unos pocos posean lo que corresponde a muchos; en el que se destierre la justicia machista, sexista, de privilegios de los varones que deciden cuándo, cómo y por qué las mujeres y disidencias podemos ser violadas, golpeadas, asesinadas.
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Dra Verónica Heredia.