Escribe el Doctor Jorge Selser, Médico. Ex Diputado y ex presidente de la Comisión de Salud de la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Especial para purochamuyo.com / Cuadernos de Crisis
El sistema de Salud Pública de la Ciudad de Buenos Aires atraviesa, en términos históricos, la peor de sus etapas. Con la asunción del gobierno PRO encabezado por Mauricio Macri se viene ejecutando un plan sostenido de desmantelamiento y destrucción de los Hospitales y Centros de Salud.
¿Cuándo y cómo fue concebido el Sistema? Desde sus inicios lo pensó el poder oligárquico como una dádiva, un acto de benevolencia sea con el objeto de mitigar las enfermedades infecciosas que asolaban a la ciudad -intentando evitar el contagio a las clases privilegiadas- o bien para reducir el nivel de ausentismo de obreros y empleados de las empresas que detentaban. Los nosocomios fueron construidos para el aislamiento o para la reclusión de pacientes con enfermedades crónicas cuya curación definitiva resultaba imposible.
Otras instituciones nacieron por iniciativa de vecinos, de colectividades provenientes de la nutrida inmigración o bien por la acción de órdenes religiosas. Con el advenimiento de nuevos métodos de diagnóstico y el tratamiento, los Hospitales se constituyeron en centros de referencia donde se destacaron importantes profesionales que dieron nacimiento a las más prestigiosas escuelas de Medicina y Cirugía. La vocación y el interés por adquirir una buena formación profesional, era la única retribución con la que se sostenía el cuerpo profesional.
Con el correr de los años estos nosocomios se constituyeron en el pilar fundamental de la medicina asistencial. La medicina privada solo podía competir en cuanto a comodidad y hotelería, dado que desde el punto de vista académico y científico no podían compararse al Hospital Público.
Destaco este aspecto histórico porque es importante señalar que fue la comunidad en su conjunto la que a través de un esfuerzo solidario dio nacimiento al Sistema Público de Salud. Progresivamente, un pequeño grupo de empresarios inescrupulosos, con el aval de funcionarios de turno provenientes de dicho entorno, fueron socavando el modelo promoviendo su desafectación paulatina.
El negociado, el peculado, la desatención y el abandono han caracterizado a las últimas administraciones, en especial la que comenzó en el 2008. Funcionarios que representaron y representan los intereses de la medicina privada corporativa han estado al frente del Ministerio de Salud de Salud de la CABA, que a pesar del nutrido presupuesto que se le asigna, no responde a las necesidades de la población. El mantenimiento, la administración de la facturación a terceros, la limpieza, la provisión de insumos y medicamentos fueron tercerizados mediante concesión directa o licitaciones plagadas de anormalidades. El capitalismo de amigos se adueñó de las pocas obras que se consumaron, muchas de ellas incumpliendo los pliegos y condiciones originales.
Los antiguos 33 Hospitales de la Ciudad de Buenos Aires continúan casi con su estructura original, que por obsoleta e inadecuada, no pueden ofrecer una cómoda y confortable asistencia a los pacientes. Conformados por pabellones aislados, salas que albergan numerosos pacientes con escasos medios para la higiene personal y privacidad, son difíciles de mantener e incumplen con las normas más modernas de administración sanitaria. Asimismo el retraso tecnológico data de más de treinta años, contando la Ciudad con un solo Resonador (obviamente tercerizado) y careciendo de numerosas prácticas que han sido contratadas a prestadores privados. La carencia de camas en los servicios de alta complejidad como Terapia Intensiva, Unidad coronaria, Neonatología, Terapia neonatal entre otras, imposibilita resolver patologías quirúrgicas complejas. Las listas de espera son interminables y numerosos pacientes fallecen por la falta de respuesta del Sistema.
En este marco y sólo con todo ese cuadro presente, podemos hablar del cuerpo profesional que trabaja en los Hospitales porteños.
La actitud del cuerpo profesional se ha deteriorado, son numerosas y complejas las causas, pero a todos les asiste el cansancio, el desánimo y la imposibilidad de ejercer la profesión médica en condiciones y con medios adecuados. A ello se suma la magra remuneración que no alcanza a satisfacer las necesidades familiares básicas. Esta situación ha determinado la imposibilidad de cubrir los puestos en la mayoría de los hospitales, debiéndose funcionar con guardias y servicios con dotaciones incompletas. Esta misma situación se puede vislumbrar en los cuerpos de enfermería, diezmados por la falta de personal y el excesivo número de horas que deben cumplir para acceder a un salario misérrimo. La espera y la desatención son factores que promueven la violencia de la población. Es, aunque inadecuada e inaceptable, la única forma con la que pueden acceder a manifestar du descontento.
Las autoridades del Gobierno responden a esta problemática con la violencia institucionalizada, la policía o empresas de seguridad privadas. Se intenta modificar el Código Penal para imponer mayores condenas a quienes se manifiesten violentamente: el paciente o sus familiares serán considerados criminales, no así los funcionarios responsables de haber incumplido con sus obligaciones.
Yo creo que es tal cual plantea el informe.Nadie está de acuerdo que un paciente,le pegue o maltrate a un médico,o le levante la voz o lo insulte,pero ocurre que ellos, debido al estrés que les provoca trabajar en varios lados,para poder vivir en las condiciones que una persona de clase media,como es un médico quiere vivir,se exceden y luego terminan tratando mal a los pacientes.Es OSBA,Sanatorio Julio Méndez, que a pesar de los descuentos de $2.000 y $3.000 por mes,es deplorable el mal trato de los admisitrativos,enfermeros y médicos,y no podés ir por la tarde,tenés que estar a las 6 de la mñana para que te vea un clínico.Pero volviendo a los hospitales,es verdad que es muy duro el trabajo,pero me consta,que los médicos viajan al exterior en viajes de placer,pues en varias oportunidades, dejan al paciente esperando mientras uno escucha,como les muestran a sus compañeros las fotos de París o Palma de Mallorca.No digo que sea el caso de todos,pero que se planten, de una buena y santa vez y vayan la la televisión y a los medios y digan el problema real,que digan que faltan médicos,insumos,y lugar para que la gente sea atendida como dios manda.Algo parecido pasa con los maestros,que trabajan turno mañana y tarde y dos ó tres horas en la nocturna,y al otro día no pueden nunca estar bien,para dar clase.Es preferible tener menos carteras o botas o ropa,pero trabajar en un turno o jornada completa y quedarse piola,quieren lograr tiendo más cargo,lo que no tienen coraje para ganar con la lucha y con la verdad,y que por otro lado no se puede dejar en manos de las autoridades. Lo que planteo no es el caso de todos los médicos,ni de todos los maestros,pero sí; de una importante mayoría.
gracias Marìa Cristina por tus comentarios- Cordial saludo