En Bella Vista, zona del conurbano bonaerense donde habitan muchos gendarmes y proliferan los cuarteles, un dentista bastante conocido afirmó en una reunión que las Universidades nacionales ubicadas en el conurbano, son “municipales…esas no son universidades de verdad”, dijo.
El altar del consultorio y de saberes concebidos al amparo de las únicas universidades que había hasta bien entrados los años ’80, forjaron la idea de que crear una universidad y acercarla a un universo de millares de potenciales alumnos que no tienen ni siquiera el tiempo de trasladarse al corazón de la Ciudad de Buenos Aires, era un desatino.
Desde un altar más elitista aun, con la irrupción de una variada oferta de universidades privadas desde el frondizismo en adelante -pero muy en especial desde la dictadura de 1976 hasta la actualidad- cierto sentido común opina algo similar pero de la Universidad de Buenos Aires, o de la Universidad Tecnológica Nacional, UTN. En ese caso no podían aducir que eran “municipales”, sino que no tenían “nivel” o que eran un “descontrol”, y en ese caso para estudiar “en serio” había que ir a una privada.
«como es posible llenar la provincia de universidades públicas cuando todos sabemos que nadie que nace en la pobreza llega a la universidad», dijo la gobernadora María Eugenia Vidal en el Rotary Club
La ignorancia de qué contenidos académicos se cursan en las materias y en los bloques que integran los Departamentos de cada carrera es solo soportable a quienes no están involucrados con la vida universitaria. Pero de ningún modo se justifica en aquellos adultos que ignorando el saber, opinan y eligen para sus hijos una universidad basándose apenas en el prejuicio de clase. Esos mismos adultos (ni aun sus hijos e hijas) comprarían un reloj o un pasaje aéreo sin informarse de sus cualidades, virtudes y opiniones en las redes sociales.
¿Por qué entonces juzgar lo que no se conoce?
¿Saben esos individuos si hubo concursos docentes para ocupar los cargos en las universidades nacionales ubicadas en la provincia de Buenos Aires?
¿Acaso saben qué requerimientos académicos, antecedentes pedagógicos, publicaciones y participaciones en congresos les han exigido para ser profesores?
¿Conocen acaso las publicaciones de libros, de trabajos académicos y de campo que han producido las Cátedras de esas universidades y los contenidos académicos y la bibliografía obligatoria y la opcional usada en esas cátedras?
entre 1989 y 1995 nacieron 6 universidades nacionales en la provincia de Buenos Aires
Las mismas preguntas valen para la ex maestra preescolar y actual gobernadora de la provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal. Señora gobernadora: usted se preguntó en el Rotary Club si es justo «llenar la provincia de universidades públicas cuando todos sabemos que nadie que nace en la pobreza llega a la universidad».
¿La pregunta la hizo a partir de su ignorancia de lo que hacen y la función que cumplen las universidades en cada territorio donde fueron asentadas, o a partir de su conocimiento?
Un tanto para desmitificar ese “llenado” de universidades, vamos a consignar que las distintas gestiones educativas crearon las siguientes universidades nacionales luego del regreso de la democracia a la Argentina (dando por descartado que la Nación durante la dictadura no creó ninguna aunque firmó el visto bueno a unas cuantas universidades privadas).
⇒ Así nacieron universidades en La Matanza (1989), Quilmes (1989), General San Martín (1992), General Sarmiento (1993), Tres de Febrero (1995) y Lanús (1995).
⇒ En 2009 se crearon en la Argentina 9 universidades Nacionales: Universidad Nacional Arturo Jauretche en Berazategui, Universidad Nacional de Avellaneda, Universidad Nacional de José C. Paz, Universidad Nacional del Oeste y Universidad Nacional de Moreno, todas en la provincia de Buenos Aires, además de la Universidad Nacional del Chaco Austral (Chaco), Universidad Nacional de Río Negro (Rio Negro), Universidad Nacional de Tierra del Fuego (en Ushuaia), Universidad Nacional de Villa Mercedes (provincia de San Luis).
⇒ Y más tarde en 2014 la Universidad Nacional de Hurlingham, y en 2015 la Universidad Nacional de San Antonio de Areco y la Universidad Nacional Raúl Scalabrini Ortiz, en San Isidro. En los tres casos, en la provincia de Buenos Aires.
Es altamente probable que la dinámica de las redes sociales y de la eficiencia de su equipo de asesores en Educación le hayan hecho conocer un texto/poema que publicó una alumna de una de las universidades que usted descalificó. Una bonaerense que conoce al dedillo de qué va una universidad pública en la provincia. Se llama Ana Gómez, cursa la carrera de Trabajo Social en la UnLa (Universidad Nacional de Lanús), y dice lo siguiente:
Ignora la gobernadora / cuántas filas de ladrillos levantan una pieza / que estudia al amanecer.
Ignora la gobernadora / cuántas horas se usan leyendo fotocopias de libros / que no tienen biblioteca en la pared
Ignora la gobernadora / cuántas cuadras de tierra / separan una casa de la estación del tren
Y cuántas garrafas calientan la pava que silba madrugadas / entre apunte y “te va a ir bien”
Ignora la gobernadora la lágrima en el bondi / “no alcanzó todavía, lo tenés que rehacer”
Y cuáles palabras tienen nueva casa, orgullo y sobremesa / “cuánto que sabés”
Ignora la gobernadora / qué manos compañeras sostienen la confianza / a punto de caer
Ignora tantas cosas / que suceden a diario/ a la orilla de todo / conurbanos del saber
Que a veces me pregunto / cuánta ignorancia cabe / afuera de la pieza de ladrillo en la pared.