Escribe Darío Bursztyn
Equiparar a los migrantes y desplazados del siglo XXI con los exiliados -un prototipo del siglo XX- no solo es un error conceptual sino un autoengaño un poco cómodo.
Un exiliado político tenía ‘sus razones’ y obligado por las circunstancias y persecuciones, se iba a otro país salvando el pellejo. De algún modo, aunque esto no es una generalización, se iba el que podía, y había incluso en ese marco trágico, un ínfimo porcentaje de elección. Tan es así que cuando los exiliados pudieron regresar a sus países, muchos volvieron y otros eligieron quedarse donde ya habían enraizado una nueva vida.
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Por eso mismo, confundir que los 60 millones de desplazados migrantes deseen un futuro mejor y lo entrevean, por ejemplo, en Europa o Estados Unidos, o Australia, o Sudáfrica, no significa que estén eligiendo trasladarse: apenas es supervivencia, y para ello enfrentan las condiciones más execrables que puedan imaginarse. Como en los campos de concentración de cualquier confín, de lo que se trata es de amanecer al día siguiente…
Aquí están las cifras de cómo las situaciones de violencia, conflicto y desastres ha hecho trepar la cantidad de desplazados. El informe del Internal Displacement Monitoring Centre que se hace público esta semana, es demoledor[i]. En el primer cuadro se aprecia la cantidad, año a año, y en el segundo -en naranja- qué países y regiones presentan el mayor número de desplazados internos
La pregunta es entonces, ¿qué mueve a los migrantes a desplazarse y luego cruzar desiertos y mares?
El hambre, el despojo de territorios, el cambio extorsivo y por la fuerza del uso de la tierra, la carencia (poco) natural de agua potable, y todas las guerras en torno a estos factores, que hacen la vida literalmente imposible. Huir no es una elección, y sobrevivir es un azar.
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LLUVIA DE SANGRE SOBRE BAGDAD…Y LONDRES
Una marea de polvo rojo y lluvia roja en un cielo naranja envuelve parte de las islas británicas y Londres, con vientos que provienen del Sahara. Todo normal, ¿no?
El fenómeno sobreviene luego de que el martes 17 de mayo la capital inglesa tuviera más de 27 grados de temperatura y con el preaviso de interrupciones y cancelaciones de transportes de todo tipo, porque el viento rojo no perdona.
La capital de Irak, Bagdad, con 9 millones de habitantes y a 4000 km de distancia de Londres, vive desde hace días algo semejante, como puede verse en este informe de NBC News
El aumento de las temperaturas en simultáneo con el uso a ritmo industrial de la tierra, lo que conlleva más y más canales y riego artificial, han provocado daños sin retorno. Al mar de Aral en Uzbekistán (Asia Central) que en menos de 60 años quedó convertido en un desierto de arena y cementerio de barcos por los sistemas de riego para la implantación intensiva de algodón en el período soviético, ahora se suma el lago Sawa en Irak, que también ha desaparecido, y apenas tiene 200 metros de agua que fluye y refluye.
El Sawa, con 5 kilómetros cuadrados, es un lago interior que se alimenta del río Éufrates, y que tiene un alto valor de salinidad por lo cual fue un centro turístico, de pesca y recreativo. La agencia France Press – AFP consigna que más de 1000 pozos se excavaron de manera ilegal para sostener la producción agrícola, además del drenado de agua subterránea por parte de fábricas de cemento y de sal en la zona. Las imágenes de 2014 comparadas con las de abril-mayo 2022 dan cuenta del desastre.
Las nubes de polvo seco y con salitre, con una cadena de patologías respiratorias y dermatológicas, son el paso final de la expulsión de esas poblaciones que no tienen cómo producir sus alimentos, ni de dónde pescar, ni agua potable.
El Sawa no es el único lago que se secó. El lago artificial de la represa Hamrin, en el este de Irak, tiene cero agua, como puede verse ingresando en este sitio:
Definitivamente, la mítica Mesopotamia del Tigris y el Éufrates, puede desaparecer antes del año 2050.
Youssef Sawadi, director del Al-Muthanna Environment Department sostuvo que las tormentas de polvo en Irak tienen relación con los movimientos de vehículos desde la guerra contra ISIS -Estado Islámico en 2014 y la invasión norteamericana de 2003.
Las autoridades del ministerio de Agricultura iraquí reconocen que se hizo poco y nada para combatir la desertificación a pesar de que estaba en marcha el Cinturón Verde, la iniciativa para plantar 15 mil millones de árboles.
“Precisamos un acuerdo con Turquía, Irán y Siria para distribuir equitativamente el agua”, dijo. La primera semana de mayo más de 5.000 personas quedaron internadas por problemas respiratorios.
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650.000 MUERTOS POR LAS SEQUÍAS
En septiembre de 2021, tras registrarse el más tórrido verano del que se tenga memoria en muchos países del Hemisferio Norte, la Organización Meteorológica Mundial-WMO publicó un informe sobre los efectos del cambio climático y las sequías desde 1970 hasta el comienzo de la pandemia.
Señalaba que hubo 650.000 muertes directamente adjudicables a las sequías, dentro de un total de 2 millones de muertes por incendios, inundaciones y todo tipo de fenómenos ‘climáticos’. Afirman que las pérdidas acumuladas serían de 3 billones 700 mil millones de dólares.
Pero otra vez en el Cuerno de África, todo resulta peor.
La sequía en Etiopía, Somalia y Kenia es la más severa en 40 años, y los desplazamientos de la población en busca de agua, alimentos y refugio ha escalado a cifras inéditas: hay en este momento 2 millones de niños en riesgo concreto de morir de hambre, y en Ginebra piden donaciones de emergencia por 1400 millones de dólares para asistirlos.
Al dar cuenta del evento caritativo que tuvo entre sus organizadores a la UE, la Agencia Reuters informó que Europa decidió donar para las hambrunas africanas unos 710 millones de dólares, y Canadá 80. Inevitable, a estas horas, recordar que sólo la Unión Europea y meramente en el rubro armas ya liberó en apenas 90 días, más de 2700 millones de dólares para asistir al gobierno de Ucrania…
Estas cifras de población en riesgo refieren a los niños, pero no es el total. The New Humanitarian es una ONG que reportó a fin de abril que:
Las imágenes muestran a los pastores y sus animales muertos. Esos pueblos son pastoriles porque el suelo de por sí árido no ofrece la posibilidad de practicar la agricultura. Sin alguna pastura y sin agua, los animales mueren de a miles, y luego los humanos.
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EL COLONIALISMO SIGLO XXI TRAS LA CAPTURA DE TIERRAS
Olúfẹ́mi O. Táíwò, es profesor de Filosofía con especialización en estudios críticos anticoloniales. Es de origen nigeriano y enseña en la Georgetown University.
Táíwò afirma que el colonialismo climático se asienta en la expansión de la dominación extranjera mediante iniciativas que responden al cambio climático. Países y empresas presionan a través de acuerdos comerciales bilaterales lo que antes conseguían mediante la conquista: el control de grandes extensiones de tierra, y con ello una expansión del control sobre los recursos estratégicos clave y las cadenas de suministro.
La crisis financiera de 2007 y 2008 tuvo las conocidas consecuencias de la bancarrota financiera de grandes bancos de Estados Unidos que arrastró al resto del mundo, pero el capital emergió afilando los colmillos en los precios de los commodities, en particular los alimentos. En consecuencia, la adquisición de tierras fue un fenómeno incesante en el Sur Global, y África fue el continente más golpeado. En apenas cuatro años, de 2008 a 2012 se habían quedado con 56 millones de hectáreas, o sea, un cuarto de todas las tierras arables del continente africano. Tierras que los inversores precisaban libres, sin animales, y sin población.
Pero no pareciera que los nuevos dueños de la tierra ‘industrializada’ busquen su conservación.
La Convención de las Naciones Unidas para Combatir la Desertificación (UNCCD) acaba de publicar su informe[iii] denominado Panorama Global de Tierras (Global Land Outlook 2 (GLO2), en el que sostiene que “hasta el 40 % de la tierra del planeta está degradada, y si los negocios continúan como hasta ahora, para el año 2050 la degradación de las tierras del planeta será equivalente a toda la superficie de América del Sur, unos 17 millones de kilómetros cuadrados.
La UNCCD impulsa que se inicie de inmediato la restauración de 1000 millones de hectáreas degradadas, porque ese desastre proyectado amenaza con liquidar la mitad del PIB mundial (US$44 billones).
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“ESTAMOS VIVIENDO EN EL INFIERNO”
Eso repetían los habitantes de India y Pakistán, que durante abril tuvieron temperaturas medias constantes de 46 y 50 grados, y que en la región paquistaní de Balochistan llegaron en mayo de 2021 a tener 54 grados: el sitio más caliente de la Tierra.
Más de 1.500 millones de personas están sintiendo en su carne y su piel el cambio climático. Las abrasadoras temperaturas del verano llegaron con dos meses de anticipación, y los vientos monzónicos que alivian la región están a meses de distancia…El noroeste y el centro de la India experimentaron el abril más caluroso de los últimos 122 años.
La ola de calor es mucho más que eso. Es la evidencia del cambio climático y el avance de la desertificación mundial. En esta región tiene efectos devastadores en las cosechas, tanto de trigo como de frutas y verduras.
Esto repercutió en la superficie de trigo que se sembró en India, que cayó prácticamente un 50% y así se explica que frente al bloqueo a las exportaciones de cereal desde Ucrania, el mercado mundial tuviera expectativa de proveerse de 10 millones de toneladas desde la India…pero el gobierno decidió bloquear las exportaciones porque la perspectiva es que el propio país va a carecer de trigo por las altas temperaturas.
Lejos de los negacionistas del cambio climático, estamos ya viviendo una tragedia en las tierras y en las poblaciones, a escala planetaria. Y las hambrunas y los desplazados migrantes crecieron y crecerán en consecuencia.
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El matutino The Guardian, de Londres, entrevistó a Sherry Rehman, ministra pakistaní de Ambiente. Afirmó que
La Agencia Espacial Europea midió en 65 grados centígrados la temperatura de la tierra en el sudeste y sudoeste de Ahmedabad, la séptima ciudad más poblada de la India, en el centro del país. La demanda de energía eléctrica superó los 207.000 Megavatios uno de esos días, y llevó -con esas temperaturas- a cortes de 8 horas en el suministro en los estados de Jharkhand, Haryana, Bihar, Punjab and Maharashtra.
En la emergencia, cancelaron 600 trenes de pasajeros y usaron todos los servicios para llevar carbón a las plantas de energía.
En sintonía con esas temperaturas infernales, se declararon incendios que envolvieron a la capital Nueva Delhi en espesas nubes de humo tóxico, porque parte de los incendios se produjeron en los basurales a cielo abierto, que reciben 2300 toneladas diarias de desperdicios.
Los dueños de las corporaciones que con sus propios ejércitos privados o los oficiales han asesinado, sólo en 2021, a más de 230 de defensores ambientales (y han amenazado a miles por oponerse a los mega-proyectos), no ignoran el daño que provocan.
En este marco, que no abarca todos los otros territorios donde el extractivismo hace estragos y expulsa las poblaciones, cuesta no ver este tema en términos apocalípticos, y como remarca el analista político Muhammad Hussein, la Gran Hambruna mundial ya está en camino, y hay que preparase para ella.
[i] https://www.internal-displacement.org/global-report/grid2022/
[ii] https://reliefweb.int/report/somalia/somalia-famine-2011-2012
[iii] https://www.unccd.int/news-stories/stories/latest-climate-report-underscores-urgent-need-act-drought
El material que publica la revista web www.purochamuyo.com / Cuadernos de Crisis pertenece al Colectivo Editorial Crisis Asociación Civil. Los contenidos solo pueden reproducirse, sin edición ni modificación, y citando la fecha de publicación y la fuente.
REGISTRO ISSN 2953-3945
Lapidario informe.
Espanta la idea de los casi nulos grados de libertad q tenemos … somos “Davides” frente a un Goliat un trillón de veces más inmenso-
Podremos, también, remixar la leyenda?
Gracias por tu lectura y comentario. Creemos que en el Siglo XXI se es David versus Goliat con información clara y precisa, para poder actuar. Desde el desconocimiento o la post-verdad fabricada intencionalmente, no hay ninguna posibilidad
Los cuatro jinetes del apocalipsis hoy son/es un ejército que avanzando, establece el neo feudalismo, con diversos disfraces, hacia las reservas de agua potable y tierras aptas para alimentar a las poblaciones del planeta, pero no a todas, en sus cálculos no estamos todes incluides, pero, aunque pareciera no registrarlo, tambien lo hace con su propio futuro. Las distopías cinematográficas, ya no son ciencia ficción, les protagonistas somos todes. Ahora en el instante en que escribo la última letra