PRIMERO SE QUEDARON CON EL MAÍZ Y LA PAPA, LUEGO CON LA STEVIA

Durante 5000 años los pueblos guaraníes habitaron la Cordillera del Amambay, donde crecía la stevia. Occidente avanzó sobre las tierras, primero con grandes yerbatales y la caña de azúcar, sometiendo a esos pueblos a trabajo semi-esclavo. Y luego, la obesidad y la diabetes impulsaron una nueva voracidad.

Presentamos una edición de la historia de la “Stevia. Conocimiento, propiedad intelectual y acumulación de capital”, una investigación de Santiago Liaudat

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NOMBRAR LAS COSAS – LA COLONIALIDAD LINGÜÍSTICA

“Los guaraníes reunieron dos condiciones de excepcional valor para la ciencia moderna natural. Por un lado, la familia lingüística a la que pertenecen (tupí-guaraní) es la que estaba más extendida geográficamente en América del Sur a la llegada de los europeos, habitando la región con mayor biodiversidad del planeta: desde la cuenca amazónica hasta el área subtropical del norte argentino y el oriente boliviano. […] Rápidamente la botánica tomó nota de la riqueza de este lenguaje y el conocimiento asociado a él. […]

En el caso del guaraní, se ha afirmado que después del latín y el griego, es la lengua que aporta un mayor número de palabras a las ciencias naturales[1]. […] Es posible hallar rasgos de esta riqueza lexicográfica en buena parte de la toponimia sudamericana, sea en los nombres de cursos de agua, elevaciones, accidentes geográficos, regiones y países, como Uruguay y Paraguay. […]

Existe un proceso por el cual las denominaciones originarias se van perdiendo a través de traducciones a lenguas naturales dominantes, o a sistemas simbólicos artificiales, como los que usan las ciencias.

La modernidad europea reconoció únicamente el saber científico construido bajo ciertos parámetros […] que la ciencia hable idiomas “civilizados”.

En un primer momento, el italiano, el español y el latín; luego sólo el inglés, el alemán y el francés. El resto de las lenguas son vistas como subalternas, condición previa a la colonización de la palabra […] y la subordinación del saber, quedando así a su merced para ser aprovechado en lo científico y explotado en lo económico.

Son “saberes de nadie”, del mismo modo que las áreas conquistadas eran vistas como “tierras de nadie”.


Cordillera del Amambay

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DE CÓMO LA STEVIA LLEGÓ A SER STEVIA

El término originario Ka’a He’e fue sometido a un conjunto de traducciones […] que lejos de ser inocentes, expresan formas específicas de articulación del saber moderno con la organización del poder colonial.

Primero se llamó Ka’a He’e, o Ka’ He’e, o Kaa-He-e, que eran los que usaban los originarios para definir a la yerba dulce en el siglo XIX cuando entraron en contacto con el científico que la catalogó. […]

Un segundo nombre [para lo que llamamos hoy stevia] es el que consta por primera vez en Occidente en 1899: KAÁ-HÉÉ, resultado de la mezcla del guaraní y el idioma del colonizador, el yopará.

Luego tenemos el tercer nombre, que es la traducción de Ka’a Hee como “hierba dulce”, y es en esta traslación que se pierde el rastro del nombre originario, […] y su circulación en otras lenguas modernas como francés (Herbe sucrée), el alemán (Süßes kraut), o el inglés (Sweet herb).

Finalmente, tenemos el nombre científico en latín, Stevia rebaudiana Bertoni, o su abreviación “Stevia”, conocida así no solo en la comunidad científica sino entre empresarios, consumidores, economistas, etc. […]

El nombre ya no tiene ninguna reminiscencia al léxico guaraní. Por el contrario, el término “Stevia” tiene un fuerte enraizamiento en la tradición europea, además de tratarse de un término latino.

Se trata de un epónimo forjado por el español Cavanilles en 1797 para homenajear a Pedro Jaime Esteve, médico, naturalista y humanista del renacimiento valenciano. Esteve tenía una ubicación de privilegio pues a los puertos ibéricos llegaban ejemplares de plantas raras de distintas colonias. Este científico valenciano es considerado oficialmente como el primero en reconocer al género (no la especie) de plantas que hoy conocemos como “Stevia”.



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CUÁNDO JUEGAN BERTONI Y RIBAUDI

Moisés Santiago Bertoni, originalmente Mosé Giacomo, nacido en la región del Ticino, el cantón italiano de Suiza, fue uno de los utopistas anarquistas que llegaron a América en 1884 para fundar una colonia socialista igualitaria. Recalaron en Argentina y con falsas y fallidas promesas de Julio Argentino Roca, y de su hermano Rudecindo Roca, gobernador de la zona de las Misiones (conquistada en la Guerra contra el Paraguay), lograron una década más tarde fundar en tierras guaraníes la Colonia Guillermo Tell.

“Bertoni se había graduado en 1876 en la Universidad de Zúrich como Doctor en Ciencias […] es considerado el iniciador de varios campos del saber, en especial en la botánica. Según el Índice Internacional de Nombres de Plantas, son 151 las especies vegetales que tienen en su nombre la palabra “Bertoni”, y fue él quien en 1887 recibió directamente de los guaraníes la información sobre una planta muy particular […] varias comunidades mbyá-guaraníes vivían dentro del predio de 12.500 hectáreas que fue cedido por el Estado paraguayo a la familia Bertoni para armar su colonia rural.[2]

Fue Bertoni quien bautizó la especie como “rebaudianum”, en homenaje al químico y colega Ovidio Rebaudi […] nacido en Asunción, de familia adinerada, formado en la Universidad de Pisa y luego director del Laboratorio Químico y Bacteriológico de Asunción, y de los laboratorios Químico, Nacional y Municipal de Buenos Aires. […] Rebaudi, cofundador del Partido Socialista Argentino en 1896, fue quien realizó el primer análisis completo de la Stevia, publicado en 1900 en la Revista de Química y Farmacia de Buenos Aires, y ese es el primer antecedente de los endulzantes creados en laboratorio en base a Stevia refinada.

Un artículo publicado por Bertoni en 1905 contiene los primeros análisis de rentabilidad registrados sobre la hierba dulce, pero […] ya en 1900 Bertoni había recibido pedidos de información y de muestras de Stevia de importantes empresas químicas europeas.



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LA EXPLOTACIÓN CAPITALISTA DE LA STEVIA

Los primeros cincuenta años desde el “descubrimiento” de la planta parecieron dar la razón […] la Ka’a He’e no tenía grandes posibilidades lucrativas. Recién pasadas seis décadas se logró consolidar por primera vez un cultivo comercial de Stevia.

Esta plantación, iniciada en 1962, tiene el mérito de ser la primera explotación económica extensiva de la planta, en Paraguay y en el mundo. El productor pionero, Luis Enrique de Gásperi, del departamento Concepción, a cuatrocientos kilómetros de Asunción […] organizó una expedición en 1960 hasta territorio indígena en Amambay […] y habría hecho un acuerdo con los nativos guaraníes. A cambio de alimentos y “provistas”, estos lo condujeron hasta el lugar exacto donde obtener la planta en el Cerro Kuatiá (parte del territorio de las comunidades Pa’i Tavy Terá).

Se extrajeron mil ejemplares que fueron transportados a los campos privados del empresario en un camión unimog alemán. Así, la impenetrable Cordillera del Amambay fue finalmente accesible gracias a la última tecnología en transporte terrestre de carga.

Hacia 1962 se habría logrado domesticar la Stevia rebaudiana e iniciar el cultivo de setenta hectáreas, exportadas como hojas enteras y trituradas a Brasil, Argentina y Japón, a razón de hasta 12,50 dólares el kilogramo. […]

Estamos frente al primero de una serie de casos registrados de expropiación capitalista, es decir, que en la medida en que los especímenes trasplantados quedaron bajo la órbita del empresario, los indígenas quedaron excluidos de un bien al que previamente tenían acceso, en tanto un actor social más poderoso se apropia legalmente de materia y energías (no humanas) que estaban al alcance de actores más débiles.

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AHORA QUE LA DIABETES Y LA OBESIDAD GALOPAN A ESCALA PLANETARIA…

Nuestro sentido del gusto percibe cuatro sabores básicos […] el anhelo de lo dulce es transmutado por la alquimia capitalista en demanda en el mercado. Y sobre tan profunda predilección se montaron en la era moderna verdaderos imperios comerciales.

Recordemos que una parte importante de la brutal empresa colonial se sustentó en la explotación de caña azucarera, por la cual -durante siglos-, unos tuvieron sus comidas y bebidas edulcoradas al precio de amargas condiciones de vida para otros.

Con el paso del tiempo este fenomenal agente edulcorante -el azúcar-, se volvió sinónimo de obesidad y problemas de salud, y sobre todo desde la segunda posguerra, la media de nivel de consumo se elevó en poblaciones que tenían un menor gasto de energía física. Por primera vez en la historia, enfermedades no contagiosas, como la diabetes, se propagaban como una peste.

En ese contexto, tanto instituciones de salud como empresas del sector de los alimentos y bebidas comenzaron a desarrollar endulzantes con bajas calorías que pudiesen sustituir al azúcar común.

En la actualidad, miles de productos incluyen la hierba dulce. Los refinados de Stevia son utilizados principalmente en la industria de bebidas y alimentos (ej. Coca Cola y Pepsi), aunque son del interés de todas las grandes firmas de los sectores químico, biotecnológico, agrícola y farmacéutico.

Entre otras, Ingredion[3], Bayer/Monsanto, Cargill, Merck, Roche, Johnson& Johnson y Royal DSM. Detrás de un volumen de ventas de cientos de millones de dólares que crece año a año, estos actores desatan una feroz carrera competitiva.

El esteviósido -el glucósido con más presencia en la planta- es 160 veces más dulce que la sacarosa, y el rebaudiósido A -el segundo en presencia y el de mayor potencia edulcorante- lo es 308 veces.



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LA ORGANIZACIÓN MUNDIAL DE COMERCIO Y EL REINO DE LAS PATENTES

“En 2007 recibimos la información de una alianza entre dos de las compañías multinacionales más grandes del mundo -Cargill Inc. y The Coca-Cola Company- que solicitó 24 patentes concernientes a una hierba dulce de uso indígena.

>> ¿Se trata de un fenómeno de biopiratería?

>> ¿Estamos frente a un caso de privatización de conocimientos tradicionales?

>> ¿Existen conocimientos indígenas explotados indirectamente por las compañías que comercializan productos a base de Stevia?

Por cierto, hay una distribución desigual de los beneficios derivados de esta comercialización, con un saldo neto de reproducción ampliada de las asimetrías globales.

La producción de conocimiento científico y tecnológico sobre la Stevia se articuló con la valorización económica y acumulación de capital en manos de los países centrales […] con un cercamiento privado mediante derechos de propiedad intelectual.

La Cordillera del Amambay, poblada hace 5000 años por pueblos tupi-guaraní, en particular la familia Pa’i Tavy Terá -en la  zona noreste de Paraguay limítrofe con lo que hoy es Mato Grosso del Sur, territorio robado a Paraguay en la Guerra de la Triple Alianza-, estuvo prácticamente “abandonada” por los conquistadores durante el período colonial, probablemente por la ausencia de vías navegables y su lejanía del mar. […] Es decir que hubo razones económicas y geopolíticas que llevaron a que la región permaneciera un tanto al margen de la historia occidental.

Para los Pa’i Tavy Terá o “habitantes del pueblo del centro del mundo”, su lugar de vida, su cosmovisión, les impide vender y comprar tierras, plantas y animales, o causarles un daño innecesario. […]

Esta cosmovisión se da de patadas con la propiedad intelectual.

Entre 1992 y 2010 se promulgaron un conjunto de declaraciones, convenciones y tratados, y se creó el concepto de Conocimientos Tradicionales, para reconocer el valor de los saberes indígenas. Sin embargo, cuando en 1994 se firma el Acuerdo sobre los Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual (OMC) no figuran disposiciones sobre estos Conocimientos Tradicionales, y poco o nada se avanzó en estos 30 años.

En tal caso, el avance es un retroceso, porque deja a los beneficiarios en manos de los Estados nacionales la mediación necesaria entre sus intereses y los de las empresas, lo cual supone -erróneamente- que los Estados son portavoces legítimos de las poblaciones originarias y/o no tienen un interés en la explotación impaga de los conocimientos indígenas. En segundo lugar, porque aportan el marco jurídico para constituir en mercancía capitalista los saberes que estaban fuera de la lógica comercial. Es decir, los tratados sobre Propiedad Intelectual establecieron mecanismos defensivos frente a la piratería (ilegal) pero fomentaron indirectamente los procesos de explotación (legal) de conocimientos.



¿Qué hace que un conocimiento sea tradicional?

La definición de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI) afirma que ese conocimiento “no es su antigüedad, sino una forma de conocimiento que tiene un vínculo, basado en la tradición, con una determinada comunidad: es un conocimiento originado, preservado y transmitido en una comunidad tradicional, y a través de generaciones […] conocimientos que entrañan el modo de vida tradicional de un pueblo o comunidad’.

Organizaciones representativas del movimiento de pueblos originarios del Paraguay denuncian la apropiación de la Ka’a He’e por parte de las multinacionales. Entre ellas, la Organización Nacional de Aborígenes Independientes, la Organización Campesina Regional Concepción, y la Coordinadora Nacional de Mujeres Trabajadoras Rurales e Indígenas.

¿Quedan dudas, ahora, que la Stevia y los pueblos guaraníes han sido objeto de biopiratería?

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Autor Santiago Liaudat. “STEVIA. Conocimiento, propiedad intelectual y acumulación”, fue publicado por Prometeo Libros.

Santiago Liaudat es Profesor de Filosofía en la Universidad Nacional de La Plata. Especialista en Estudios Latinoamericanos (UFJF-ENFF, Brasil), Magister en Ciencia, Tecnología y Sociedad por la UNQuilmes, y Diplomado Universitario en Filosofía de la Liberación, por la Universidad Nacional de Jujuy. Integra, desde 2020, la Red PLACTS (RED DE PENSAMIENTO LATINOAMERICANO EN CIENCIA, TECNOLOGÍA Y SOCIEDAD- ver https://blogs.ead.unlp.edu.ar/catedracps/red-placts/ )


[1] David Abdón Galeano Olivera es lingüista, antropólogo, filólogo, educador, y presidente del Ateneo de Lengua y Cultura Guaraní del Paraguay. Autor de El idioma guaraní en Paraguay– Asunción. 2011 – ver más en https://cienciasdelsur.com/author/david-galeano/

[2] Ubicada a 26 km de Ciudad del Este en la frontera húmeda con Argentina, de la Colonia Guillermo Tell queda un museo y un parque natural. El sitio es conocido por los habitantes de la región como Puerto Bertoni.

[3] https://www.ingredion.com/sa/es-ar/nuestros-ingredientes/ingredientes-por-tipo/edulcorantes.html

2 comentarios

  1. Buenos dias, mi nombre es Javiel Garnica, de Bolivia.
    Estamos interesados en adquirir hojas de stevia por toneladas.
    Me gustaría que puedan ayudarme a conseguir algunos proveedores de hoja de stevia o en su defecto productores.

    1. buenos días Javiel. No tenemos esa información. Suponemos que buscando proveedores en Paraguay obtendrán respuesta. Cordiales saludos

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