MILEI, EL APÓSTOL RIZOMÁTICO 

escriben Pedro Cazes CamareroLuis Lea Place 


Fin de mayo de 2022. El país habla y se enardece con un singular personaje asomado a la política, que empieza a tallar en la post-pandemia. Faltan muchos meses para las elecciones, pero las encuestas ubican a ese personaje con un piso del 10 a 15% en la intención de voto. Y se convierte en ‘estrellita’ de los programas de TV, y en una suerte de rockstar en las redes sociales que frecuentan los más jóvenes.

Los autores, uno magister en epistemología, analista político y ex director de publicaciones combatientes, y el otro economista, analista político y de finanzas, ambos militantes políticos y especialistas en post-fordismo y en el General Intellect, elaboraron este artículo sobre ‘qué’ es Milei el 23 de mayo de 2022, que hoy cobra una inmensa potencia. Nada peor que pensar nuevos fenómenos con viejos paradigmas.

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…el rechazo evidente a la política partidista por parte de la subjetividad post-fordista deviene del hecho que la política actual tiende a desconocer el ejercicio intelectual autónomo del sujeto. Acostumbrada a ejercerlo en la actividad productiva actual que es atravesada por la lógica digital, colisiona con el poder de la política vigente que reside en la representatividad, algo antagónico con la nueva subjetividad…” 

Riqueza Sin Valor, 2017 – Luis Lea Place

La civilización humana está sometida a una mutación por parte de la lógica digital. Las consecuencias más inmediatas fueron la destrucción de las pirámides productivas del fordismo industrial y con él al resto de las pirámides jerárquicas: la pirámide política, la pirámide de la justicia, la pirámide social, y entre ellas una de mucha importancia, la pirámide patriarcal.  

Según la ubicación de un conjunto de personas en la pirámide productiva, se constituían lo que llamábamos  las clases sociales. Hoy observamos sorprendidos la desintegración de las mismas. Salvo las viejas clases dominantes, que participaron de la globalización constituyéndose en Elite Financiera (global).  

A su vez la lógica digital liberó la multiplicidad del pensamiento al conjunto de los seres humanos, desplazando al intelectual orgánico (generalmente de los partidos y movimientos políticos) como único depositario de una visión polisémica de la materia social. Por primera vez en la historia, cada persona está en camino de ejercitar libremente su propio intelecto, más allá del contenido del mismo, así nos parezca a los demás correcto o no.  

Todos estos fenómenos generaron una nueva subjetividad post-fordista, no sólo en las nuevas generaciones (nacidas en ese caldo) sino en el conjunto de las personas. 

Sus rasgos sobresalientes consisten en:

– rehuir a la unidad política;

– rechazar la obediencia;

– ser refractarixs a los pactos políticos de largo plazo;

– desconfiar de los programas y hasta de las propias asambleas.  

Estx individux postfordista es esquivx, indisciplinadx, y no consigue ni pretende el estatuto de persona jurídica.

Tiende a no transferir sus propios derechos a ningún soberano ni colectivo; no delega su representatividad ni sus decisiones.



Si denominamos metafóricamente “rizoma” a una estructura en red sin raíces ni jerarquías, esta subjetividad es completamente rizomática y sus iniciativas podrán surgir desde cualquier punto de la red. 

Al contrario de la red rizomática, denominamos “estructura arbórea” (jerárquica, piramidal) a un sistema con raíces, tallos y copa. Un sistema con jefes que mandan y subordinados que obedecen.

Desde la visión arbórea y representativa propia de lxs políticxs clásicxs, especialmente de lxs progresistas, las características rizomáticas son duramente criticadas, sin percibir que se han transformado en la inmanencia de la nueva materia social. 

Es como criticar la ley de la gravedad.

Siembra desconcierto en las filas de lxs viejxs cuadros, a quienes se les hace imposible descifrar este comportamiento; sólo atinan a balbucear que es el triunfo cultural del neoliberalismo. Confunden así el reaccionario individualismo liberal con el proceso de individuación de la nueva subjetividad. 

Por el contrario, las fuerzas políticas de la nueva derecha, como Trump, Bolsonaro, Macri, y ahora Milei, al tener que lidiar con el poder de sus intereses, logran interpretar con más facilidad las características de la nueva subjetividad de la era global. Se presentan al electorado criticando severamente la estructuración simbólica del lenguaje propia del fordismo.

Hace ya más de un lustro, Trump se presentó como un outsider en contra de la burocracia de Washington, ninguneando la imagen “estructuradita” de Hillary Clinton aclamada por los principales diarios Washington Post, New York Times, entre tantos.

Tales medios de tipo “broadcast” fueron derrotados por Trump desde el Twitter, sin necesidad de ninguna “ley de medios”, propuesta y aclamada desde las pesadas pirámides del sistema (cámaras de legisladores, poder ejecutivo, comisiones ad hoc) que en definitiva no sirvieron para nada.  

Si bien Trump vendía esa imagen rizomática, desestructurada, de libre pensamiento, que articulaba con franjas importantes de la nueva subjetividad, la composición de su elenco gubernamental estaba plagado de miembros de la Elite Financiera Global. Esa contradicción le fue momentáneamente fatal.

Ahora la vieja ideología ha vuelto (momentáneamente), como dijo Talleyrand del Congreso de Viena de 1812, “sin haber aprendido ni olvidado nada”. Así que no es descartable que Biden, el anciano líder fordista del imperio, sea nuevamente reemplazado por la primaveral Elite Financiera, lista para aplicar su receta rizomática. 



¿Y por casa cómo andamos?

La falta de comprensión de este nuevo fenómeno político, típico de la era que estamos viviendo, nos lleva a lamentables razonamientos: Milei es de derecha; ergo, como su intención de votos crece, el electorado se ha corrido hacia la derecha, lo Nacional y Popular (libre interpretación) debe hacer alianzas más amplias. 

Antes que derechista, Milei es rizomático, y no se le puede criticar que no es coherente: él milita la incoherencia. Las categorías de derecha e izquierda, de fascista, etc., no permiten interpretar este nuevo fenómeno. Por el contrario, nos confunden, nos llevan a conclusiones insensatas como echarle la culpa a las multitudes, que no son “lúcidas y progresistas” como nosotrxs. 

El rizoma es un concepto no ideológico, ni bueno ni malo, carece de centro, no respeta líneas jerárquicas en su comunicación interna, no tiene principio ni fin, se le entra por cualquier lado, es reticular. Es muy atractivo a las nuevas generaciones que también son rizomáticas.

A la nueva oligarquía (léase Elite Financiera Global) le resulta familiar, porque es el dispositivo de articulación de su poder fulminante, instantáneo; mientras nosotrxs, todavía entorpecidxs por el pensamiento cuadrúpedo de la izquierda fordista, nos arrastramos penosamente tras categorías perimidas hace décadas. 



Por supuesto, Milei miente: su discurso es contradictorio y su violencia, como describía William Faulkner, es parte del relato de un lunático, lleno de furor y sin significado.

Pero lejos de producir náuseas a sus interlocutores, aparece como simpático ante quienes deben optar frente a una alternativa decrépita, opción que lamentablemente poblamos.  

Si raspamos la costra hedionda de sus vociferaciones, encontraremos el verdadero programa de Milei, que no es otro que el de la Elite Financiera Global; el programa de la guerra y de la exclusión de las grandes mayorías respecto de la riqueza y la sabiduría que están ahí nomás, esperando.

¿Cómo es posible que este energúmeno seduzca a miles de personas? Ante todo, miremos qué tenemos en nuestras manos como alternativa: sólo humo y cenizas rancias. 

Nosotrxs somos los que debemos cambiar, deconstruir las codificaciones existentes en la política, sobre todo la vía de la representación que va anulando la creatividad de las personas en un mundo en el que la democracia directa se corporiza en el teléfono celular.

Debemos desmontar la pirámide y sus jerarquías, tender a una red plana distribuida donde las nuevas generaciones se mueven de forma natural.

Una propuesta, por más precisa, justa y progresista que sea, si es piramidal y jerárquica, será derrotada por una reaccionaria y rizomática que responda a la Elite Financiera Global. 

Buenos Aires, 23 mayo 2022 



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REGISTRO ISSN 2953-3945

9 comentarios

  1. El concepto de rizoma aplicado a la política …me parece muy muy interesante.
    Una sorpresa la definición que usan.

    1. Muchas gracias Liliana. Te invitamos a sumar más lectores que pueden suscribirse a la revista y recibir periódicamente lo que publicamos. Cordiales saludos

    1. Hola Marcelo, gracias por tu lectura y aportes. Para recibir cada publicación de la revista (y ayudarnos a divulgar los contenidos que ponemos en debate) hay un casillero en la columna derecha de la página, que invita a los lectores a suscribirse. Respecto de tu pregunta, podríamos aventurar como respuesta que ningún candidato con posibilidades reales, hoy, representa otra cosa que el vértice del financiariado mundial, pero que el ‘Apóstol’ es el más desembozado. Cordiales saludos

  2. Comentario 2: entonces, detrás del no-programa rizomático de Milei hay un programa bien estructural de la Elite Financiera Global»?

  3. Comentario 2: entonces, detrás del no-programa rizomático de Milei hay un programa bien estructural de la Elite Financiera Global»?

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